MATRIMONIO: LA SEXUALIDAD, UN MODO DE SER DE LA PERSONA

MATRIMONIO: LA SEXUALIDAD, UN MODO DE SER DE LA PERSONA Introducción Con el término sexualidad se designan diferentes dimensiones de una misma realidad: sirve para indicar la condición masculina o femenina de la persona; también para referirse a la facultad sexual, o, a la actividad propia de esa facultad. Son realidades que no pueden identificarse una con la otra, pese a su íntima conexión.

Por ejemplo, cuando se habla de “personalizar la sexualidad”, se está haciendo referencia a la actividad sexual, el tercer aspecto, para que sea racional, y no sea una actividad “meramente física” o corporal. Por tanto: -La sexualidad, como un aspecto de la persona, es la que determina la masculinidad y la feminidad, tal como dijimos. Esta dimensión sexuada no es tan simple como parece, porque implica la condición masculina -o femenina- en su aspecto físico, psicológico, espiritual, etc. La condición sexual empapa a toda la persona en sus distintos aspectos. Más aún, la sexualidad afecta al núcleo más íntimo de la persona humana, es decir, a toda la persona. Mirémoslo desde un punto de vista práctico. Muchas veces se les recuerdo al marido o a la mujer que, “no sólo se casó con fulanita, sino también con la feminidad, la cual has tenido que asumir”; “eso que te dijo, eso que siente, ciertamente estará en la idiosincrasia familiar de ella, pero también en su feminidad, o masculinidad si es el caso. No podés perder de vista esto”. -En el discurso teológico actual es común afirmar la íntima relación entre persona y sexualidad. No es por mera “coincidencia” de opiniones, sino que la realidad se da así, y afirmarlo es reconocerlo: la persona es sexuada, masculina o femenina. Sí, también es verdad que hay quien niega el valor de la persona, y como consecuencia, de la sexualidad, comparándola con la sexualidad del animal…, pero, la idea más común es relacionar persona con sexualidad, y viceversa. -La persona humana es un “todo” de cuerpo y espíritu, y, esa totalidad no tiene otro modo de ser que no sea hombre o mujer. Es decir que la sexualidad es constitutiva del ser humano porque la persona desde un primer momento es de uno u otro sexo. Lo veremos ahora.
La unidad substancial de la persona Dado que la persona humana es una unidad de cuerpo-espíritu, y, por otro lado, que esa unidad no tiene otra posibilidad de existir que como hombre o como mujer, la sexualidad es constitutiva del ser humano, como hombre o como mujer. No hay otra posibilidad por más que Facebook diga que hay 54 modos de expresar el género. Si bien el artículo es del año 2014, parece una declaración de principios. Cf. http://www.telam.com.ar/notas/201408/74245-facebook-identidad-genero.html No sé si ha habido una actualización de esas cifras; supongo que sí. Eso significaría que los números han cambiado. Amparo Medina cuenta en una de sus conferencias que hay quien llega a 112 posibilidades. Es un despropósito. Cuando le hagan el estudio de ADN a una trans el día que se muera, sino antes, dará que es varón o mujer. No va a haber otra posibilidad; nos guste o no nos guste. Por desgracia, el pensamiento occidental, con el desarrollo del racionalismo, se ha ido alejando de esta enseñanza de la unidad de la persona. Es propio de esta corriente contraponer de modo radical en el hombre, el espíritu al cuerpo y el cuerpo al espíritu. Para quien piensa de esta manera -separación de cuerpo y espíritu-, considera la sexualidad como una realidad extrínseca. Dicho de otro modo, la sexualidad sería una característica corporal, ajena a la persona como tal, un adorno intercambiable, accidental, propio del cuerpo, o del espíritu. Llevado este principio al plano práctico, agarrar de la mano a una mujer, sería establecer una relación cuerpo-cuerpo, y no persona-persona. Es muy importante esta distinción, porque en línea de fondo, los actos sexuales serían meramente corporales, sin implicancias personales o espirituales, y, por tanto, morales. El cuerpo, por otro lado, es la persona en su visibilidad. Señalar el cuerpo humano es señalar a la persona…Imaginar la posibilidad de relacionarse con el cuerpo humano y no con la persona, es imposible. La sexualidad, modo de ser de la persona La persona humana existe necesariamente como hombre o como mujer: no tiene otra posibilidad, como llevamos dicho. Entonces la sexualidad da la condición o forma de ser de la persona, y la da desde el primer momento, en la concepción. Por tanto, el espíritu y el cuerpo se unen necesariamente de modo masculino o femenino y, por esa unidad substancial entre cuerpo y espíritu, el ser humano es, en su totalidad, masculino o femenino. Dicho de otro modo, la sexualidad es inseparable de la persona; la persona humana es una persona sexuada. Caso contrario, la sexualidad se integraría al cuerpo o al alma, pero no en la persona. Parece claro. En abstracto cabría hacer una consideración de la persona en cuanto espíritu y, bajo este aspecto, la persona humana no es hombre ni mujer; pero como espíritu humano está orientado a unirse al cuerpo, y éste es siempre y necesariamente hombre o mujer. Como consecuencia de esta afirmación, la sexualidad no es un simple atributo, como puede ser un adorno; es un modo de ser de la persona humana. La sexualidad caracteriza y determina a todos y cada uno de los componentes de la persona. Por eso todas las dimensiones espirituales del hombre están impregnadas por la sexualidad; y la sexualidad, a su vez, por la espiritualidad. Parece mentira que esto sea así, pero es una valoración de la corporalidad, y una elevación de la sexualidad a niveles impensados para un sistema materialista. Cada vez que yo hago una opción personal, la estoy haciendo en cuanto que hombre o mujer, porque no se puede separar de mi persona la sexualidad. Los mismos rasgos anatómicos, en cuanto expresión de la masculinidad o feminidad, están dotados de una significación: están llamados a ser manifestación visible de la persona humana. Esto es impresionante. La sexualidad humana, entonces, es esencialmente diferente de la sexualidad animal, ya que es racional. Todo en él es humano, hasta la sexualidad. Como consecuencia de todo lo dicho, la discriminación debido al sexo sería muy injusta porque sería discriminación de la persona. Se comprende… ¿no?


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