MARCO HISTÓRICO: SIGLO I


1. MARCO HISTÓRICO Y DESCRIPCIÓN GENERAL. SITUACIÓN DEL CRISTIANISMO A FINALES DEL SIGLO I.

Hecha la breve introducción sobre el contexto general, veamos ahora el marco histórico de los escritos de san Juan. Es importante señalar que esta historia se desarrolla en el siglo I de nuestra era, por eso estudiamos este siglo -brevemente-, desde distintos ángulos.

a. Historia del siglo I.

El tema del marco histórico –siglo I- en el cual se escribió el Corpus Ioanneum, es amplísimo. Hemos elegido algunos puntos que nos ayudan a hacernos una idea del marco de referencia de la vida de san Juan y sus escritos, sin intención de abundar en este tema por completo, como es comprensible.
a) Imperio Romano.
Es interesante señalar los hechos históricos y conocer sucintamente la vida de algunos personajes que más influyeron en la historia del siglo I, como el emperador Domiciano, el Papa Clemente, etc. En realidad, se ven tres personajes: Domiciano, Cleto y Clemente.
Domiciano. En el año 81 Domiciano sucedió al emperador Tito que era su hermano mayor[1].
Al principio, su gobierno fue tan benigno hacia la nueva fe como lo habían sido sus antecesores. Pero hacia el final de su imperio se desató de nuevo la persecución contra el cristianismo. No sabemos a ciencia cierta porqué Domiciano los persiguió, o cuáles fueron los motivos últimos. Sí sabemos que amaba y respetaba las viejas tradiciones romanas, y que buena parte de su política imperial consistió en restaurar esas tradiciones. Por lo tanto, era de esperar que se opusiera al cristianismo, que en algunas regiones del Imperio había ganado muchísimos adeptos, y que, en todo caso, se oponía tenazmente a la antigua religión romana.
Además, como ya no existía el Templo de Jerusalén, Domiciano decidió que todos los judíos debían enviar a las arcas imperiales la ofrenda anual que antes mandaban a Jerusalén. Cuando algunos judíos se negaron a hacerlo o mandaron el dinero al mismo tiempo que dejaban ver bien claro que Roma no había ocupado el lugar de Jerusalén, Domiciano empezó a perseguirles y a exigir el pago de la ofrenda.
Puesto que todavía no estaba del todo claro en qué consistía la relación del judaísmo con el cristianismo, los funcionarios imperiales empezaron a presionar a todos los que practicaban “costumbres judías”.
Así se desató una nueva persecución –o la primera- que parece haber ido dirigida, no sólo contra los cristianos, sino también contra los judíos.
Como en el caso de Nerón, no parece que la persecución haya sido igualmente severa en todo el Imperio. De hecho, es sólo de Roma y de Asia Menor que tenemos noticias fidedignas acerca de la persecución.
Para una mayor comprensión de las persecuciones hay que tener en cuenta que no todas fueron simultaneas en todo el Imperio. Variaron mucho según el emperador y los ejecutores en las provincias.
En Roma el emperador Domiciano hizo ejecutar a su pariente Flavio Clemente y a su esposa Flavia Domitila, conocida por las catacumbas que llevan su nombre, porque el terreno en donde se encuentran era de su propiedad[2]. Se les acusó de “ateísmo” y de “costumbres judías”[3].
Puesto que los cristianos adoraban a un Dios invisible, por lo general los paganos les acusaban de ser ateos. Por tanto, es muy probable que Flavio Clemente y su esposa hayan muerto por ser cristianos.
“Estos son los únicos dos mártires romanos bajo Domiciano que conocemos por nombre. Pero varios escritores antiguos afirman que fueron muchos; una carta escrita por la iglesia de Roma a la de Corinto, poco después de la persecución, se refiere a los males y pruebas, inesperados y seguidos, que han venido sobre nosotros[4][5].
De la persecución en Asia Menor -era la provincia romana en la que estaba Éfeso- sí sabemos algo más, gracias al Apocalipsis, que fue escrito en medio de esa dura prueba.
Juan, su autor, había sido deportado a la isla de Patmos, y por tanto sabemos que no todos los cristianos eran condenados a muerte. Sin embargo, hay muchas otras pruebas de que fueron bastantes los que sufrieron y murieron en tal ocasión.
En medio de la persecución, el Apocalipsis muestra una actitud más negativa hacia Roma que el resto del Nuevo Testamento. Pablo había ordenado a los romanos que se sometieran a las autoridades, porque habían sido instituidos por Dios. Pero ahora, Juan, el vidente de Patmos, describe a Roma en términos nada elogiosos, como la gran ramera (…) ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús (Ap 17, 1. 6). Y Pérgamo, la capital de la región, es el lugar donde está el trono de Satanás (Ap 2, 13).
Afortunadamente, cuando se desató la persecución, el reino de Domiciano se acercaba a su fin. Al igual que Nerón, Domiciano había cobrado fama de tirano, y por fin fue asesinado en su propio palacio; el senado romano hizo que se borrara su nombre de todas las inscripciones y monumentos en su honor. Una vez más, el Imperio parece haberse olvidado de la nueva fe que iba esparciéndose por entre sus súbditos, y, por tanto, la Iglesia gozó de un período de relativa paz[6].
S. Cleto (76-88), fue el tercero de los papas. Nació en Roma en la colina Esquilina, en donde hoy se encuentra Santa María Maggiore.
Bajo su pontificado fue que Domiciano desencadenó la persecución a los cristianos de la que venimos hablando, porque éstos no quisieron contribuir a la reconstrucción del templo de Júpiter, destruido por un incendio. Cleto murió mártir en el año 88 y fue enterrado al lado de S. Pedro.
S. Clemente (88-97[7]) nació en Roma, en los alrededores del Coliseo[8]. Fue uno de los primeros en recibir el bautismo por S. Pedro.
Bajo el emperador Nerva (96-98), sucesor de Domiciano, los cristianos vivieron una temporada de paz, es decir, que su gobierno les dio un breve tiempo de descanso.
Las cosas cambiaron con Trajano (98-117), que consideraba el cristianismo la plaga del género humano. Sin embargo, él no los persiguió abiertamente, pero estableció que en el caso de que fueran denunciados, debían ser condenados. Un sistema de persecución mediante la delación… Se trataba de una variante dentro de este esquema porque el Imperio romano a lo largo de su historia utilizó distintos sistemas para la persecución.
A Clemente I, dotado de una personalidad fuerte y autoritaria, empezaron a mirarle con desconfianza las autoridades del Imperio[9]. Clemente fue invitado a ofrecer un sacrifico a los dioses o elegir el destierro. No había opción posible para un buen cristiano, y Clemente se fue al destierro, más allá de la ciudad de Quersón –al este del Ponto (orillas del mar Negro), en una zona desértica- en donde prosiguió su labor de evangelización.
Ante las conversiones en masa, los romanos hicieron grandes matanzas de cristianos. Como acudían alegremente al martirio, el emperador decidió matar a Clemente.
La historia narra que Clemente fue arrojado al mar con un ancla colgada al cuello, para que sus seguidores no veneren su cuerpo ni su tumba. Pero su cuerpo fue milagrosamente rescatado de las aguas y enterrado en el Quersoneso (Crimea)[10].
La tradición dice que los restos de Clemente fueron llevados a Roma y depositados en el monte Celio.


[1] Quien ha ido a Roma recordará que la Piazza Navona no es otra cosa que el antiguo circo de Domiciano, de allí que la Iglesia de Santa Inés y la Iglesia de Santa María tengan el título “in agonale”, porque agon significa lucha o combate. El circo de Domiciano era un lugar de luchas y carreras, de ahí su forma alargada.
[2] Las catacumbas de Domitila se encuentran cerca de la Vía Appia antigua, igual que las de San Calixto y San Sebastián. Es una de las más extensas -17kms-, pero no me consta que tenga alguna tumba de algún mártir conocido.
[3] Flavia Domitila era nieta de Vespasiano y sobrina de Domiciano; además, su esposo, Flavio Clemente, era primo del propio Domiciano y fue cónsul en el año 95. A pesar de ello, el emperador condenó a muerte a Clemente y a su esposa; un destino similar sufrió su sobrina, cuyo nombre era igualmente Flavia Domitila, que fue desterrada a la isla Poncia, donde murió.
[4] Carta del Papa Clemente I.
[5] https://estudiosdeteologia.wordpress.com/2016/10/18/capitulo-5-los-primeros-conflictos-con-el-estado/
[6]Una historia ilustrada del cristianismo”, Tomo I, "La era de los Mártires", pp. 64-72, Ed. Caribe, Miami, 1978, en: http://www.cristianismo-primitivo.org/s1persecuciones.html
[7] La fecha de fallecimiento de Clemente Romano no se compadece con el relato que sigue a continuación. Si es martirizado en tiempos de Trajano, tiene que haber muerto después del 98. Algunos dicen que falleció en el 101. Esta fecha concuerda más con esta historia.
[8] No consta que su casa ocupaba el terreno de la actual Iglesia de S. Clemente Romano, también cercana al Coliseo. Sí que era propiedad de uno de los primeros conversos al cristianismo, que se llamaba Clemente, y que permitió que en su casa se celebrase el culto, pero son Clementes distintos.
[9] Se trata de Sisinio, un amigo del emperador Nerva. Esta es una historia que no viene al caso, porque está al margen de las persecuciones.
[10] Un resumen de su vida se puede encontrar en la edición de Padres Apostólicos, de la BAC, p. 315 y ss.

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