EL CANON DE LA BIBLIA
EL CANON JUDÍO
El canon judío de la Biblia se divide en tres grandes partes: la Torá (Ley), los Profetas y los Escritos. La Torá está formada por los 5 primeros libros, o dicho en griego, el Pentateuco.
Los profetas -8 libros- por: Josué, Jueces, Samuel, Reyes, Isaías, Jeremías (incluye Lamentaciones), Ezequiel, Doce Profetas.
Los Escritos -11 libros-, o los demás libros, por: Salmos, Proverbios, Job, Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, Ester, Daniel, Esdras–Nehemías, Crónicas.
Los textos están escritos mayoritariamente en hebreo antiguo, aunque también hay pasajes en arameo (Daniel, Esdras y otros). Como se ve, se han excluido los libros escritos en griego como es el caso de la Macabeos.
El texto hebreo tradicional recibe el nombre de texto masorético, como veremos más adelante. Se trata de la versión oficial entre los judíos. En el cristianismo se utiliza con frecuencia como base para las traducciones del AT. Fue difundido por un grupo de hebreos conocido como masoretas entre los siglos VI y X de nuestro siglo. Contiene variantes, algunas significativas, respecto de la versión de los LXX, versión judía escrita en griego.
La versión de los LXX
¿Qué es esta versión de los LXX? Durante el período helenista, o de expansión de la cultura griega, los judíos que vivían en la diáspora necesitaron adaptarse al mundo en que vivían. Como consecuencia, aprendieron el griego, la lengua que se habló en el Mediterráneo oriental hasta la conquista árabe, y tradujeron a esta lengua sus libros sagrados, que muchos ya no entendían en el hebreo original.
Nace así la conocida versión de los LXX de la Biblia, documento fundamental del judaísmo helenístico, que expresa el encuentro de la cultura hebrea y griega y que sirve, indirectamente, como instrumento de proselitismo judío en el mundo pagano.
A comienzos del dominio de los Tolomeo en Egipto hubo un gran éxodo de judíos hacia allí, primero por la prosperidad y segundo por la deportación que hizo el “Faraón”. Como consecuencia de esto, hubo una gran proliferación de comunidades judías en Egipto. Así surgió la Biblia en griego conocida como la versión de mundo griego. Se debe tener en cuenta que en Egipto también se hablaba griego y la influencia helénica se hizo sentir, sobre todo, desde Alejandría, ciudad fundada por Alejandro Magno.
El nombre responde a la leyenda de su origen. Según ésta, Ptolomeo II (asumió en el 283 a.C.) le pidió al Sumo Sacerdote de Jerusalén unos hombres que hicieran una Biblia en griego para enriquecer su biblioteca. Así llegaron 72 hombres (70 en números redondos), seis por cada tribu, y que fueron distribuidos en celdas separadas en la isla del Faro situada en frente de Alejandría; cada uno de ellos llevó a cabo la versión entera de la Biblia en 72 días y las versiones resultaron milagrosamente idénticas.
En realidad, esta versión o historia es apócrifa. La verdad es que la Biblia de los LXX se hizo en Alejandría entre el siglo III y el II a.C.
Será también el texto sagrado del AT que emplearán los primeros cristianos. Para muchos de estos, la Versión de los LXX era la Biblia.
EL CANON BÍBLICO CATÓLICO
El canon bíblico de la Iglesia católica reconoce 73 libros como parte de la Sagrada Escritura. Comprende 46 escritos para el Antiguo Testamento, y 27 para el Nuevo Testamento.
Fue en el Concilio de Roma del 382 cuando la Iglesia instituyó el Canon Bíblico, con la lista del Nuevo Testamento similar al de san Atanasio[1] y los libros del Antiguo Testamento de la versión de los LXX.
Esta versión del Concilio de Roma fue traducida del griego al latín por san Jerónimo y se llamó la Vulgata. Posteriormente los Concilios regionales III de Hipona del 393, III de Cartago del 397 y IV de Cartago del 419, aprobaron definitivamente dicho canon.
En el 405 esta lista fue enviada por Inocencio al obispo Exuperio de Tolosa (en la Galia), donde aparece el canon bíblico con los 73 libros ya existentes.
El Concilio de Trento fijó el canon de la Iglesia Católica declarándolo dogma de fe[2].
La Neo Vulgata
La Nova Vulgata también llamada Neo-Vulgata, es la edición latina oficial de la Biblia publicada por la Santa Sede para su uso en el Rito Romano contemporáneo.
No es una edición crítica de la Vulgata, sino una revisión del texto destinado a concordar con los textos críticos modernos en hebreo y griego, y producir un estilo más cercano al latín clásico.
En consecuencia, introduce muchas lecturas que no se admiten en ningún manuscrito antiguo de la Vulgata, pero que proporcionan una traducción más precisa de los textos en idiomas originales al latín.
El Concilio Vaticano II en el documento Sacrosanctum Concilium ordenó una revisión de los salmos latino de acuerdo con los estudios textuales y lingüísticos modernos.
En 1965, Pablo VI nombró una comisión para revisar el resto de la Vulgata siguiendo los mismos principios. La Comisión publicó su trabajo en ocho secciones anotadas, invitando a las críticas de los estudiosos católicos a medida que se publicaban las secciones. El salterio latino fue publicado en 1969; El NT se completó en 1971 y toda la Nova Vulgata se publicó como una edición de un solo volumen por primera vez en 1979.
En 2001, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó la instrucción "Liturgiam Authenticam", en donde se precisa que las traducciones no deben hacerse desde la Nova Vulgata, sino que "deben hacerse directamente de los textos originales, es decir, el latín, con respecto a los textos de composición eclesiástica, o el hebreo, arameo, o griego, según sea el caso, con respecto a los textos de la Sagrada Escritura [.] "Por lo tanto, la instrucción no recomienda una traducción de la Biblia o de la liturgia basada en el latín Nova Vulgata; la NV simplemente debe usarse como una "herramienta auxiliar" (n. 24).
La Nova Vulgata no contiene algunos libros encontrados en las ediciones anteriores, pero omitidos por el canon promulgado por el Concilio de Trento, a saber, la Oración de Manasés, el Libro 3 y 4 de Esdras y la epístola a los laodicenses.
Una segunda edición fue publicada en 1986; esta segunda edición añadió un prefacio para el lector, una Introducción a los principios utilizados en la producción de la Nova Vulgata, así como un apéndice que contiene 3 documentos históricos del Concilio de Trento y la Vulgata Sixtina Clementina.
[1] Pero en los primeros siglos de la iglesia, antes que el canon del Nuevo Testamento hubiera sido establecido, había una significativa variedad de opinión entre las iglesias cristianas, acerca de cuáles escritos deberían ser considerados autoritativos. Debido a esto, algunos líderes cristianos estaban preocupados de que escritos heréticos pudieran llevar una autoridad inmerecida. Por ejemplo, un escrito llamado el Evangelio de Pedro, que era el producto de un grupo gnóstico que reclamaba poseer un conocimiento secreto de Dios, circulaba en partes del mundo en los primeros siglos.
Atanasio, obispo de Alejandría, se refirió a este problema en el 7 de enero del 367 DC, cuando escribió su carta pascual anual a sus iglesias. Fue una carta que marcó un punto de referencia porque contenía la misma lista de 27 libros del Nuevo Testamento que se encuentra hoy en nuestras biblias. Hasta donde sabemos, Atanasio fue el primer líder cristiano que compiló una lista de los libros del Nuevo Testamento exactamente como la conocemos hoy.
[2] Dz 1501-1508
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