NACIMIENTO DEL PUEBLO DE ISRAEL
Nos remontamos a los inicios del Pueblo de Israel porque allí está el origen de los libros sagrados y estos, a su vez, constituyen la esencia del ser nacional o su constitución, hasta el día de hoy.
Podríamos fijar como fecha inicial el s. XII a.C. ¿Por qué? Porque en esa época encontramos a un grupo de personas de la misma raza o etnia viviendo en Palestina. Es verdad, por la Biblia sabemos que vinieron de Egipto. ¿Cuándo? Según algún cuadro sinóptico del Antiguo Testamento [1] ubica a Moisés hacia el 1250 a.C. Los israelitas en la tierra prometida… ¿estaban organizados como un pueblo? Si no lo estaban, por esa época empiezan a estructurarse como tal.
Tenemos un indicio que abona la idea que ese grupo étnico en tierra de Caná era un pueblo con cierta organización. ¿De qué se trata? De la Estela[2] de Merneptah[3], hijo de Ramsés II, en la que se menciona a Israel. Esa estela está datada en 1213-1203 a.C.
Aquellos miembros de ese grupo, por ese entonces, comienzan a contar sus historias, orígenes, y también historias del mundo, es decir, tradiciones de carácter general o nacional que se empiezan a transmitir de manera oral y que probablemente sean el origen de lo que más tarde será la tradición bíblica hebrea.
Además, como ese grupo, al que empezamos a llamar pueblo de Israel, estaba situado en el marco del oriente medio, en una realidad política, social, religiosa determinada, también recibía la influencia de los pueblos cercanos, como por ejemplo tradiciones, costumbres, liturgias, sabiduría, tradiciones legales, etc. Todo ese conjunto fue formando parte de este cuerpo que habíamos llamado pueblo de Israel.
A partir del siglo X-IX a.C., ese conjunto de tradiciones propias y ajenas, empezaron a ser propias de la nación israelí, porque ese pueblo se había consolidado como un pueblo y no como un conjunto o grupo de gente, “suelto”. Esas tradiciones eran hechos históricos, o tradiciones cultuales, o palabras de los profetas. También en esa época hay cuerpos de escritores, escribas, que trabajaban en el marco del palacio real o del Templo, y que empezaron a poner por escrito esas tradiciones que por entonces ya tenían siglos.
De estos escritos no hay ningún testimonio arqueológico. Nada. Sin embargo, pareciera que se hubiera llegado a un cierto nivel de maduración en la escritura. Estamos hablando del s. VIII a. C.
Desde el punto de vista arqueológico se empiezan a encontrar los ostracas, que eran trozos de concha o cerámica (o fragmentos calcáreos) que se utilizaban como borradores para aprender a escribir o pintar. Los ostracas son muy numerosos y una fuente de información muy útil. Los podían leer, no sólo los profesionales, escribas, sino también la gente común, los oficiales del ejército, etc.
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