LA RECOPILACIÓN DE JUDAS MACABEO
Lo que nos preguntamos en este momento es quiénes son los que decidieron cuáles son los libros del canon hebreo y qué criterio han tenido para que unos libros formen parte de la Biblia hebrea y para que otros queden fuera. No tenemos una respuesta clara a estas preguntas.
Parece ser que una época clave para estudiar esta cuestión es la época de los Macabeos. Recordemos que Antíoco IV Epifanes de Siria quiso imponer su religión a los hebreos. Esto provocó la rebelión de los Macabeos en el año 164 a.C. Como consecuencia de esta revuelta encabezada por Judas Macabeo, se recuperó el Templo y se dedicó en una ceremonia solemne que duró 8 días.
En el II Macabeos -apócrifo para los hebreos, pero incluido en la versión de los LXX; canónico para los católicos- se hace referencia a Judas el Macabeo: De igual modo, Judas ha reunido todos los libros que se habían perdido a causa de la guerra que sufrimos, y ahora están en nuestro poder[1].
No dice Macabeos qué libro son los que tiene Judas o ha reunido, pero se supone que son aquellos que van a conformar la futura Biblia hebrea. ¿Por qué? Porque en el versículo anterior hace referencia a lo que relata Nehemías que hizo Esdras, como vimos más arriba: trajo el Pentateuco y lo leyó delante de todo el pueblo que dijo amén, amén, y levantando las manos adoraron al Señor, y se postraron delante de la Ley.
En los archivos y memorias de Nehemías se relataba esto mismo y cómo éste construyó una biblioteca y reunió los libros de los reyes, de los profetas, de David, junto con las cartas de los reyes acerca de las ofrendas[2].
Pareciera que Judas Macabeo hizo algo que ya había hecho Nehemías, o que se sentía obligado a seguir con la tradición de recopilar los libros que serían, el día de mañana, la Biblia. Más aún, seguramente Judas contase con todo el apoyo del Templo, es decir, con un centro de espiritualidad de prestigio, y de los sacerdotes de Jerusalén.
Todo el poder político y religioso apoyó esta recopilación de las obras que conforman la Biblia. Pareciera que esta labor, el pueblo de Israel la tenía incorporada e implementada con el beneplácito de las autoridades civiles y religiosas. Esta recopilación, en algún momento debe haber tenido la intención de servir como texto que promoviera la unidad nacional.
Pasados muchos siglos, cuando se constituye el estado de Israel en mayo de 1948, el padre de la patria, David Ben Gurión, su Primer Ministro, también vio la necesidad de apoyarse en el texto bíblico como herramienta para lograr, en torno a él, la unidad nacional. En ese momento había muchos movimientos independentistas, de distinto signo, que luchaban por el estado de Israel, pero se vio que la política de Ben Gurión era la correcta.
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