VERSION DEFINITIVA DE LA BIBLIA: CÓDICE DE ALEPO
La Biblia hebrea, que parece ser definitiva a fines del s. I -estaría confirmando la versión de que en Yamnia se habría hecho el canon hebreo; o dando validez a los libros de Flavio Josefo, o las dos cosas a la vez-, adquiere un carácter definitivo entre el s. II-III d.C., durante la llamada época rabínica. Años 100 y 200; o comienzos del 200.
Una prueba de ello es la discusión de la Mishná[1], donde en el tratado de Manos III, 5, dice: todos los escritos santos vuelven impuras las manos. Es un modo de decir que es un libro sagrado. El Cantar de los Cantares y el Eclesiastés vuelven impuras las manos. El Rabí Yehudá aclara que, el Cantar de los Cantares vuelve impuras las manos, pero respecto al Eclesiastés está controvertido.
Esto significa que, por aquella época -s. II-III- no están todos los rabinos de acuerdo al considerar el carácter sagrado de estos libros. No se discute si forman parte de la Biblia porque eso ya está, sino que hay cierta incomodidad con algunos libros por su discutida su sacralidad.
Igualmente, a fines del s. II y principios del s. III, el libro Sagrado está conformado. El texto bíblico es un texto standard, en el cual los judíos pueden centrar su identidad, incluso en una época de crisis, justamente después de la derrota de la rebelión judía del año 132-135. Pese a esa crisis, los judíos buscan un elemento que sirva de apoyo a su identidad, y nuevamente la Biblia vuelve a jugar ese rol.
Mucho más adelante, como veremos, para fines del primer milenio el proceso de culminación del texto bíblico, llegó a su fin.
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